33) EL CENTRO CERAC, DE LA GARRIGA, DESOBEDECE UNA VEZ MÁS A LA GENERALIDAD DE CATALUÑA, AL NO REPETIR LAS ELECCIONES AL CONSEJO ESCOLAR.

El Consejo Escolar es el órgano máximo de decisión y participación de los centros docentes, donde están representados los diferentes sectores de la comunidad educativa.

Padres, madres, alumnos, profesores y personal no docente, tienen voz y voto en la gestión de los centros, gracias a la representación que todos los sectores de la comunidad educativa tienen en los miembros de los consejos escolares. Desde la aprobación de los presupuestos , la mayoría de las decisiones importantes que se toman en un Centro educativo, deben de pasar por este órgano de gobierno.
En su composición figura el director, que es el presidente; el Jefe de Estudios, un número determinado de profesores, un representante del personal de Administración y Servicios, un número determinado de padres y madres de los alumnos, un representante de la Administración y la Secretaria (con voz pero sin voto). En los centros de Educación especial, como en el caso de CERAC, obviamente no existe representación del alumnado.

En las elecciones al Consejo Escolar del año 1991, en Cataluña, el Centro de Reeducación de Autistas y Caracteriales (CERAC), de La Garriga, no incluyó en su censo de padres y madres al matrimonio Vendrell - Llauradó, padres de David, el alumno expulsado en diciembre de 1989 y no readmitido, a pesar de los repetidos requerimientos del Departamento de Enseñanza de la Generalidad de Cataluña. En consecuencia, entendieron sus padres que mientras este procedimiento no estuviera cerrado, ellos continuaban teniendo el derecho a figurar en el referido censo, y así les fue ratificado cuando efectuaron las correpondientes consultas a los servicios jurídicos correspondientes.

A pesar de ello, el Centro CERAC no los incluyó en el censo y celebró las elecciones del Consejo Escolar. En vista de ello, los padres de David impugnaron los resultados de aquellas elecciones, mediante escrito de fecha 12 de marzo de 1991, dirigido al Director General de Gestión del Profesorado y Centros Docentes del Departamento de Enseñanza de la Generalidad de Cataluña, motivado por no haber sido incluídos en el correspondiente censo, no haberles invitado a presentar canditatura si lo hubieran deseado y no ser convocados el día de las elecciones.

Estudiada la denuncia, el Departamento de Enseñanza de la Generalidad de Cataluña, requirió al Sr. Joan Roca Miralles, titular del Centro CERAC, mediante escrito de fecha 10 de abril de 1991, para que "... lo antes posible se proceda a la elección de los miembros del sector padres del Consejo Escolar, incluyendo a los señores Vendrell - Llauradó en el censo y permitiéndoles, si así lo desean, presentar sus candidaturas como representantes de los padres en este Consejo"

Y una vez más, la prepotencia y la desobediencia de la Dirección de CERAC a los requerimientos del Departamento de Enseñanza de la Generalidad de Cataluña se repitió, una vez más, al no convocarse, con desprecio, de nuevo estas elecciones, de acuerdo con las instrucciones recibidas.

Tampoco de nada sirvieron las sucesivas denuncias que los padres de David presentaron ante el Departamento de Enseñanza de la Generalidad de Catalunya exigiendo su decidida intervención ante este desafiante incumplimiento, y pidiendo, en el interín, que fueran invalidados todos los acuerdos tomados por el Consejo Escolar de CERAC, atendida su reconocida ilegalidad.

El chanchullo y el amiguismo permitió que el titular de CERAC desoyera y desobedeciera repetidamente a la Generalidad de Cataluña y que se le permitiera continuar su gestión con un Consejo Escolar ilegal y fraudulento.

Con fecha 24 de agosto de 1992, el padre de David hizo llegar un amplio dossier con toda la documentación generada en este lamentable tema, al Presidente del Consejo escolar de Cataluña, pidiéndole su opinión "... con relación a la insólita situación, derivada del titular del Centro CERAC, de La Garriga, que se niega a cumplir el requerimiento de los Servicios Territoriales del Departamento de Enseñanza, al obligarle a repetir las elecciones del Consejo escolar (Sector Padres), ante la impotencia manifestada por la Administración Autonómica para actuar en consecuencia.

Situaciones como esta sólo pueden conducir al desprestigio de las instituciones democráticas y el convencimiento, cada vez más generalizado, de que los Consejos escolares "no sirven para nada"

Las elecciones de los miembros de los Consejos Escolares hechas al margen de lo que al respecto está legislado y consentido por la Administración, propicia la acción lucrativa de unos pocos en perjuicio de la transparecia de gestión y el derecho a participar de todo un colectivo".

El Presidente del Consejo Escolar de Cataluña, Sr. Octavi Fullat Genis, contestó, mediante escrito de fecha 9 de diciembre de 1992 manifestando que "... como Presidente del Consejo Escolar de Cataluña no soy competente para resolver hechos de esta naturaleza. No obstante, haré llegar este dossier a la instáncia del departamento que se ocupa de este hecho.

Evidentemente, estas situaciones no favorecen la participación ni la imagen de los consejos escolares, pero, un hecho no puede servir para enjuiciar un proceso general, positivo para la democracia, como es la consolidación de los consejos escolares.

Querría, pues, haceros llegar mi convencimiento de la pronta resolución de la situación que nos plantea, porque, todo y la lentitud de derminados procesos administrativos, el camino de democratización de la escuela iniciado, no puede destruirse fácilmente, y los consejos escolares cada día "servirán" más para mejorar la escuela y para garantizar el derecho a una enseñanza de calidad"

A partir de aquí, los padres de David no tuvieron nuevas noticias de esta situación. Así, "mareando la perdiz" una y otra vez, por parte de la Administración fue transcurriendo el tiempo y ya no se subsanó esta ilegalidad. Una vez más, el amiguismo, la corrupción, la impotencia de la Generalidad de Cataluña y la fragilidad e inutilidad de los Consejos Escolares, en Cataluña, quedaban más que de manifiesto. Todos y todas, lo consintieron. Luego, esto si, las políticas de escaparate, siempre en primer plano, como de costumbre. ¡Vaya manera de "tomar el pelo" a la ciudadanía de Cataluña!